-Hola hereje infecto, hijo de mil rameras sifilíticas.
Le miré agradablemente sorprendido. Pelo engominado, rostro bello, tanto que era inerte, estéril. Lucía una sonrisa amplia, cómo si le hubiera ganado toda la droga a Satán en una partida de póker. Tejanos rotos, y una camiseta con el slogan "Del deporte se puede salir". Llevaba unas sandalias de cuero marrón, que fue lo primero que vi cuando se acercó. Se sentó a mi lado en el bordillo de la acera, frente al bar.
-Veo que mejoramos en ingenio, oh gran pastor de pedófilos- Sonreí a la Luna, ligeramente embotado por el alcohol, mientras soltaba con desgana el humo del cigarro.
-Que te follen, greñudo, adorador de falsos dioses. Me alegra verte. Ahí arriba no tengo con quién hablar, todos felices y postrados a mis pies. Tantas mamadas me van a dejar seco, te lo juro. Y siempre preocupado por eyacular fuera. No sabéis de vuestra fortuna cabrones. Una eyaculación mía, y adiós alma, bam! En cambio vosotros, con vuestra patética e inmunda vida mortal, efímera, podéis llenar agujeros inmisericordemente.
- Si, Gran Purulencia, yo estoy aquí sentado porque no doy abasto...
-¿Ves? Lo que digo, os tenía que haber fabricado más defectuosos.
-Pues como no fuera que explotáramos cada vez que fuéramos a cagar, no sé que más defectos nos podías haber endilgado, pedazo de mierda reseca.
-No me des ideas, escroto parlante...Cambiando de tema. ¿Qué tal te va la vida? Bueno, qué gilipolleces pregunto, si ya lo sé. Cosas de la omnipresencia...
-Pues espero que te hayas comido algún que otro zurullo mío, oh Mortífero Eyaculador. Si lo sabes todo me imagino que habrás visto que todo igual, sin novedad en el frente.
En ese instante, un grupo de moradores del polígono con gorra salían de una discoteca detrás nuestro, seguidos por un grupo de groupies infrahumanas, maquilladas como por un Picasso ciego de anfetas.
-Ya veo, si, igual de descarriados...-Mientras lo decía, lanzó una mirada de follador de gallinas de Kentucky a una de las “chicas” a la par que se tocaba la entrepierna, lo que dada su estampa, hacía de la imagen algo bastante bizarro.
-Joder, eres un ser tan todopoderoso como repugnante.
-Lo que me faltaba, un puto microbio antisocial dándome clases de moral. Si no pasaras tanto tiempo con tus libritos y dejaras de mirarte el ombligo, puede que echaras algún polvo.
-Patético, Dios Todocostroso dándome consejos para fornicar. Qué cruz, y nunca mejor dicho... Pues la verdad, mi senil creador, es que teniendo en cuenta que en general no soporto su presencia, ni sus conversaciones, ni sus risas, ni sus razonamientos pueriles, mucho menos voy a follármelos, sean mujeres u hombres.
-Dame un pitillo, anda... Sois muy curiosos, pensando siempre que sois únicos pero a la vez compartiendo en masa ese pensamiento. En tu caso dedicando tanto empeño en distinguirte, con tus mierdas de tatuajes obscenos y tus pintas de asocial, cuando en el fondo no es más que un grito de atención. Los odias, dices, pero los necesitas, sólo vives para odiarlos y así sentirte mejor, y pretender que se asombren y te alaben por tu desprecio y tu cinismo hacia ellos.
-No tienes ni puta idea. Pierdes facultades, anormal de majestuoso poder. No odio por gusto. Sabes (porque lo sabes todo, ¿verdad Supremo Voyeur del Universo?) que nos hiciste para vivir en sociedad. No soy diferente, ansío el calor de la comunidad, como un vampiro. Pero este no-muerto jamás se ha alimentado de eso, porque la comida le sienta mal, aunque la sensación de hambre no se vaya, y de hecho aumente. Incluso la gente más interesante al final no es más que una Jukebox, que por muchos vinilos que tenga, al final se agotan y retorna al principio, y guarda silencio, o bien vuelve a empezar. Al final es eso, un tiovivo que a la primera vuelta te puede hacer sonreír, pero luego se hace repetitivo, estúpido, frío. Frío, esa es la palabra.
-¿Y tú eres diferente, Carne? ¿Acaso te crees el gran contenedor de la sabiduría, cultura y ocurrencias geniales del Universo?. Perdona que te lo diga, pero no es así, yo tampoco lo soy, porque todo está en constante cambio, y ni siquiera mi supremo poder puede controlar todas las variables. Y al final sólo puedes unirte a ello e intentar disfrutar de ese río intentando no ahogarte.
-Joder viejo, hablas como Jorge Bucay. Seguro que sois el mismo, con vuestras frases hechas de autoayuda y vuestras metáforas pseudo-espirituales sobre la naturaleza. No sé, y la verdad es que ya no me importa. Tan sólo quiero que no me molesten mucho, y disfrutar con mucha precaución y a cuentagotas de la gente que acepto a mi lado.
-Tú sabrás, es tu única vida como mortal, allá tú. Pero no te engañes, esto no te lleva a ningún lado. Me caes bien, no quiero engañarte, vas a ir al puto Infierno, y Somalia es un país de fantasía comparado con aquello.
-Al menos no me jugaré mi alma inmortal haciéndote una mamada.
-Jajajaja, en eso tienes razón...-Me miró con esos jodidos ojos que todo lo sabían, pero que lo hacían con afecto, aunque también con una gran pena- Bueno, he de irme, que yo no me vuelvo arriba sin darle la noche de su vida a una jovencita de éstas. Cuídate, amigo mío, y espero poder verte pronto.
-Espero que agarres mil gonorreas y ladillas mutantes desgarren tu alma. Por lo demás, andaré por aquí, no llevo una vida muy ocupada. Cuando quieras.- Se alejó, y a los pocos pasos ya andaba del brazo con una rubia despampanante, de esas que echan gas pimienta en la cara a la gente como yo sólo por preguntarles la hora. Me encendí otro cigarro y apuré el vaso de vodka con hielo. Comencé a notar el frío de la noche, que tal vez no se debiera del todo a causas ambientales. Igual daba...
Me levanté y me encaminé de nuevo al bar, pensando con tristeza en cuánto parecido guardaba Dios también con una Jukebox.
A su imagen y semejanza...
Relato y fotografía invocadas por Cthulhu
Charla con Dios por Cthulhu se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.
Basada en una obra en desvandecthulhu.blogspot.com.
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